Muchas veces las nuevas compras que hacemos van destinadas a completar/ampliar nuestro armario no nos ayudan a mejorar nuestro estilismo.
Nos dejamos llevar por las tendencias, (elegir tejidos más baratos pero perjudiciales para nuestra piel o no tener claro por ejemplo qué vaqueros son los que más favorecerán a nuestra silueta) estos son algunos de los errores más habituales a la hora de hacernos con lo último.
Y si bien la regla general de la moda es que no hay reglas, nunca está de más saber cómo optimizar nuestro vestidor y mejorar nuestro vestuario.
-Evita tejidos poco transpirables.
La licra, el nylon o el poliéster son algunas de las fibras sintéticas más habituales en la composición de muchas prendas. Estas telas evitan que la piel transpire y no absorban la humedad con facilidad, pudiendo llegar a provocar picores en la piel. Lo mejor es recurrir al algodón, el lino, la seda, la lana.
-Apuesta por lo práctico.
Puede sonar aburrido pero al final las prendas más versátiles son las más prácticas y a las que más uso le daremos. Tener un magnífico fondo de armario es la máxima de cualquiera que le guste la moda, ya que a partir de estas piezas sencillas lograrás crear looks más elaborados. (De nada sirve que inviertas en un abrigo imposible que pasará la mayor parte del tiempo guardado en tu armario o en unos pantalones que, aunque no te convencen del todo, están a buen precio.) Ten en cuenta que las prendas más prácticas son las que te salvarán en cualquier situación.
-Recurre a complementos solo cuando sea necesario.
Los accesorios son uno de los productos que más atención reciben cuando vamos de compras. Y aunque por lo general pueden salvarnos en más de una ocasión, también pueden arruinar nuestro look si no encontramos el equilibrio. A la hora de hacerte con un nuevo bolso o par de zapatos ten en cuenta con cuántas prendas te lo podrás combinar y evita incluirlos (a toda costa) en estilismos que no requieren grandes detalles.
-No te dejes llevar por las tendencias.
Se producen tendencias a una velocidad vertiginosa y con una duración cada vez menor. Cada persona es libre de lucir la prenda que quiera sin importar los centímetros que mida o los kilos que pese. Sin embargo, teniendo en cuenta la forma de nuestro cuerpo, siempre habrá diseños que nos favorezcan más que otros. Por ello, a la hora de ir de compras no deberíamos dejarnos guiar por la primera impresión sino dedicar un tiempo a probarnos la prenda en cuestión, algo que no siempre hacemos.
Recordad estos puntos cuando volváis a ir de compras y si hace falta, ponedlos en práctica.